Buffet libre
(Estado Español 2011-2018), 2014.
España en la década anterior a la gran recesión de 2008, en los llamados ‘años del boom inmobiliario’, estuvo gobernada por un partido demócrata cristiano ultraliberal. Con la llegada al poder en 1996 de este partido se inició un proceso de cambios legislativos que contribuyeron al desarrollo de una economía especulativa que favoreció la corrupción institucional y provocó un creciente endeudamiento del país.
En 1998 el presidente de esta formación política impulso la llamada ‘Ley del suelo’. Esta Ley declaraba urbanizable todo terreno del estado salvo aquel que por sentencia judicial no se pudiera recalificar. Era una vaga Ley que apenas tenía instrumentos regulatorios y su aplicación quedaba en manos de los respectivos gobiernos autonómicos españoles.
La consecuencia de esta Ley fue que bancos, hacienda pública, administraciones locales, empresarios inmobiliarios y caciques regionales se lanzaron, animados por una deflación económica[1], a la llamada ‘fiebre del ladrillo’. Como si se tratase de un buffet libre, el territorio del estado Español quedaba literalmente a disposición de quien quisiera repartírselo y especular con él.
Estas políticas público-privadas provocaron una gigantesca burbuja inmobiliaria que inevitablemente estalló con el crack financiero de 2008 arrastrando a la pobreza y la desesperación a millones de personas.
[1] Bajada sostenida de los precios de bienes y servicios.
En 1998 el presidente de esta formación política impulso la llamada ‘Ley del suelo’. Esta Ley declaraba urbanizable todo terreno del estado salvo aquel que por sentencia judicial no se pudiera recalificar. Era una vaga Ley que apenas tenía instrumentos regulatorios y su aplicación quedaba en manos de los respectivos gobiernos autonómicos españoles.
La consecuencia de esta Ley fue que bancos, hacienda pública, administraciones locales, empresarios inmobiliarios y caciques regionales se lanzaron, animados por una deflación económica[1], a la llamada ‘fiebre del ladrillo’. Como si se tratase de un buffet libre, el territorio del estado Español quedaba literalmente a disposición de quien quisiera repartírselo y especular con él.
Estas políticas público-privadas provocaron una gigantesca burbuja inmobiliaria que inevitablemente estalló con el crack financiero de 2008 arrastrando a la pobreza y la desesperación a millones de personas.
[1] Bajada sostenida de los precios de bienes y servicios.