Agotados,
2024.


En la era de la cuarta revolución industrial digital, nuestra constante conectividad y flexibilidad horaria han diluido la frontera entre la esfera laboral y la personal. El tiempo de trabajo se ha expandido absorbiendo el tiempo de ocio y descanso. En este contexto digital, todo momento es tiempo de trabajo productivo.

Si se considera que el valor de toda actividad humana radica únicamente en su rentabilidad económica, si no se reconoce la importancia de actividades no productivas y no se reserva tiempo para la desconexión, el descanso y la recuperación, el cuerpo llega a sus límites físicos y psicológicos, y enferma.